“¿Quiere agua?” dijo la chica junto a nosotros mientras le pasaba la cantimplora a mi hijo, sin darme tiempo de sacar de la mochila la que yo llevaba preparada. “Ya tenía la mía…” dije torpemente, “… gracias.” Leandro, mi hijo, la tomó con ambas manos y bebió del pico, devolviendoselá con una sonrisa de agradecimiento. Viajamos a la capital por sus controles anuales. Ésta vez le tocaban neurólogo y visitar al pediatra que siguió su caso desde nacido. Con 4 años de edad, Leandro es un nene saludable. Pasar por todas la que pasó, con su prematurez extrema, la lista de complicaciones de salud física en esos cien días de neonatología y resultar sólo con retraso lingüístico era algo más que simplemente suerte. Tomamos un colectivo de larga distancia, Leandro ama los colectivos y se entusiasma cada vez que hay que viajar en ellos, el boleto me indicaba asiento 9, junto a la ventana. En el asiento 10, pasillo, la chica ya mencionada No más de 20 o 21 años. Trigueña, tez blanca, lunar junto a los labios finos, nariz delicadamente redondeada, mejillas lisas, ojos verdes que cortaban la luz natural. Voz suave, hermosa. “¿Es tu hijo? Preguntó. “Sí…” dije con una sonrisa, “¿Vas a la capital?” pregunté luego. “Sí, estudio ahí. Visito a mis viejos cada tanto acá.” Contestó y di vuelta a mirar a mi hijo que me sonrió y apoyó la punta de su nariz en la mía, un juego que inventamos para darnos seguridad y demostrarnos afecto. “¡Que hermoso papi!” dijo y me abrazó. Le devolví el abrazo, un beso y un te amo. Él se acomodó mirando por la ventana y jugando con su colectivo de juguete. Yo alcancé en la mochila unos caramelos y ofrecí a la chica a elegir. Tomó de cereza, sonrió y dio gracias sin más. Leandro llamó mi atención con sus juegos y se los seguí hasta que el colectivo cubrió al menos unos kilometros de ruta salido desde la terminal. Cuando me di cuenta, mi hijo dormía sobre mis brazos. Me quedé mirando por la ventana, el paisaje perderse hacia la izquierda y mientras corría como proyección desde la derecha. Pensé en mis años de joven, en mis 20's y aunque 33 no son muchos ciertamente son años y con hijos a favor, se crece antes de tiempo. Pensé en mi época de estudiante, en los incontables viajes en colectivo abarcando hasta mis años de soltero pre paternidad. Noté que jamás antes se había sentado una mujer atractiva junto a mí en los colectivos. Dispuso mi suerte que siempre ocuparan otro lugar o yo viajara de pié. Siempre quise tener la suerte de compartir el viaje con una mujer bonita, librado al azar de la denominación aue dos tickets en la boleteria dispusieron. Lo quise, y por primera vez sucedía. Di vuelta para tratar de iniciar conversación. Ella dormía. Regresé el rostro a mi lugar, apoyando la cabeza en la de mi hijo. Pensé otro poco en mi vida como padre, en mis años de juventud y soltería, en los viajes a solas y en la locura de querer iniciar conversación con una joven atractiva como la de al lado mientras mi hijo visitaba los sueños recostado en mi pecho. Pronto también me encontró el sueño y me dejé dormir. Desperté con el colectivo entrando a la ciudad, la primer parada no estaba lejos. La joven ojos verdes aún dormía, Leandro también. Lo desperté y preparé las cosas para bajar, guardando su juguete y prendiendo su campera. El colectivo llegó a la parada inicial, “Perdón…” dije, mientras apoyaba mi mano en el hombro de mi vecina de asiento, despertandola con cuidado, “… es nuestra parada, te incomodo un momento ¿Sí?” “Sí, dale. Perdón…” dijo ella, con medio ojo cerrado y voz perezosa. Corrió las piernas al pasillo y pasamos junto a ella. “Gracias por el agua.” Dije antes de bajar. Devolvió una sonrisa y la perdí al bajar por las escaleras, fuera del colectivo y a la vereda. Tomamos un remis al hotel, llegabamos con una hora de anticipación y hora y media para rellenar hasta la consulta con el neurólogo, a las 18:40. Subimos a la habitación luego del check in, acomodé el bolso mientras Leandro jugaba en la cama, y nos dimos una ducha para prepararnos para el turno con el doctor. “Por lo que yo estoy viendo, y con verlo a él nada más, puedo decirte que está bien…” dijo el Doc mientras Leandro jugaba con la balanza analógica y el doctor lo observaba. Con molestia, debo reconocer, porwue estaba haciendo ruido con la parte movil de la balanza, “Hijo… Sentate aquí.” Le indiqué a la silla de al lado y obedeció como siempre lo hace. “Perdone, doctor. Estaba diciendo…” dije, “Sí… que yo lo veo muy bien a él. Veamos, que pasar por la neo, las complicaciones que tuvo, haber nacido bajo peso, sin desarrollarse por completo y que cognitivamente esté perfecto. Solamente teniendo dificultades con el habla, considerando otros casos menos serios que el de él, es un nene perfecto. Des cierto que es un nene de contextuta pequeña pero el crecimiento cefálico está bien y corresponde a un nene normal a su edad gestacional. Desde enero que lo vi hasta ahora, con la terapia que estuvo haciendo más el jardín de infantes, se nota enormemente el cambio y la mejoría. Si te voy a decir, papá, que insistas con llevarlo a la fonoaudióloga. No para hacer un tratamiento complejo sino para ayudarlo a desarrollar el lenguaje con incorporacion de palabras y que ya no sean oraciones de dos o tres palabras en tercera persona. Ahora…” dijo mientras tomaba una lapicera y una hoja del anotador, “Yo te voy a pedir también un análisis neurocognitivo para poder utilizarlo como base para seguir su caso. El indorme psicológico no tiene base científica, es subjetivo. Por lo tanto no me sirve a mi para establecer un punto de comparación fijo. ¿Él tiene 4, verdad?” preguntó “Sí…” respondí “Bien…” bien dijo mientras comenzaba a anotar, “… te voy a dar que lo lleves con éste doctor, él hace test neurocognitivo pero no creo que te lo haga ahora porque es a partir de los 5 años. Vas a tener que tener paciencia y saber que ese estudio es caro, papá. Bien. Una vez que tengas eso recién vas a venir a verme. Y la próxima vez después de eso, a los 6. ¿Se entendió?” preguntó como si me hubiese hablado en lenguas, “Perfecto, doctor.” “Entonces espero al año que viene.” Dijo estestirando la mano con satisfacción. Satisfacción porque eramos el último turno y se había atrasado. Eran las 20:14. “Gracias, doctor. Lo veremos en un año entonces.” Dije estrechando su mano. “¿Vamos hijo?” dije a Leandro y bajó de su silla, pidiendo upa. Lo alcé, sólo porque mal criarlo me sale gratis, y abandonamos el consultorio sin más. Al salir pasamos por una plaza donde ofrecían actividades para niños por ser dia festivo en la ciudad. Paseamos en calecita, jugó en el tobogán y se sentó a pintar con temperas en un lienzo por el que pagué y no llevé. Caminamos hasta el centro y nos sentamos a comer pizza en un bar. Con la noche agradable, nos quedamos en las mesas de la vereda. Hicimos nuestro enchastre de gaseosa derramada y nos fuimos tan pronto terminamos de cenar, al hotel. A dormir. Al dia siguiente tenía turmo con el pediatra pero pasado el mediodía comenzó con fiebre. Visitamos la farmacia por ibuprofeno 4% y regresamos al hotel. Le di una dosis y poco después la fiebre bajó. Opté por cortar el viaje y no llevarlo al control pediátrica para no temer que pasar otro día de hotel con él así. Volveríamos esa misma tarde a casa e iría a su pediatra local habitual y descansaría mejor en su propia cama. Tomamos el colectivo a las 18:15 en una parada en las afueras del centro, mi boleto soretaba el asiento 9 otra vez, con mucha coincidencia. Compré un jugo fresco para mi hijo, unas galletitas dulces y subimos tan pronto llegó. Era exactamente la misma unidad e lanque habíamos venido, la misma empresa. Para repetir y coincidir, ora joven atractiva se sentó junto a nosotros. Ésta vez de pelo largo, suelto, oscuro y rulos. Anteojos se cristal blanco con marco oscuro y los ojos negros mas bellos que hubiese visto en mucho tiempo… o al menos en ése día o con ése estado mental erosionado. Leandro comenzaba a hacer fiebre otra vez por lo que chequeando el horario de la dosis inicial, le administré otra. Habían pasado seis horas exactas. Iba decaído pero no molesto. “Es hermoso tu hijo…” habló la joven al lado con labios rosados finos y miel en la voz. “Gracias.” Dije sonriendo. “¿Está enfermo?” preguntó. “Tiene fiebre. Va a estar bien, tengo su jarabe… ¿Estudias aquí?” “Vivo acá, sí. Voy a ver a mis viejos a mis pagos.” Dijo. Leandro pidió agua, alcancé en la mochila y extraje la botella, dándole a tomar con sorbete. El colectivo arrancó y se acomodó en mi pecho. La joven muchacha fijó la vista en su celar y yo, que había girado con el fin de continuar la conversación, me descubrí símplemente apreciando su hermosura y regreando a mi habitual estado de paternidad. Sin volverla a molestar. Al ir cayendo el sol por fuera, en la ruta, el sueño reclamó a mi hijo y a la joven. Yo seguí contemplando por la ventana, a la oscuridad. A un pasado en el que viajar me resultaba cómodo y placentero, en el que ninguna chica se sentaba junto y… lo quise. Quise que hubiese sucedido en aquel entonces. No dormí en todo el viaje, perdido en mis pensamientos, controlando la temperatura de mi hijo y cada tanto viendo por el filo del ojo a la joven durmiendo junto a nosotros. Pensé en la forma en la que el universo dispone y alinea. A destiempo para algunos. Para mí. Al llegar, resultó que bajabamos en la misma parada. Que vivíamos en la misma ciudad. Que jamás antes nos habíamos cruzado. Sin hablar durante todo el viaje, hasta ese momento antes de abandonar el colectivo en el que esbozó despreocupada, desapegada, “Chau. Espero mejore tu gordo…” y se fue en otra dirección antes de que yo pudiera reaponder dando las gracias. Hice upa a mi hijo y caminé la cuadra y media hasta casa. Es noche repasaba el viaje, acostado en mi cama. A solas en mi cama. Luces apagadas. Deseé tener diez años menos y la suerte de haber viajado acompañado. Deseé quizás no haber sido padre aún y haber dispuesto de la libertad para hablar con mis vecinas de asiento a gusto. Deseé muchas cosasde diferente manera… Me levanté. Tomé el termómetro junto a la cama y fui a controlar a mi hijo. Estaba bien. Acaricié su pelo y besé su frente. “Te amo, hijo.” Susurré a su oído y regresé a la cama sabiendo que mi vida no tiene sentido sin él.
Fin.
Se agradecen críticas, sirven para mejorar a este humilde escritor amateur.
Saludos.
submitted by Colmena I
El lugar era olvidable. Un lugar de mal muerte en una larga calle de negocios de mala. Todo estaba deteriorado. Era difícil de adivinar si las tiendas y restaurantes con las que uno se cruzaría estaban abiertos o no.
El pub tenía un cartel que decía 'Somer's Rock'. Había barras de hierro en las ventanas y las cortinas estaban cerradas, pero hubiera sido más inusual si ese no fuera el caso. Era ese tipo de área. La pintura del exterior se estaba pelando, y el óxido de los barrotes había sangrado sobre la pintura gris blanquecina debajo de las ventanas.
Cuando entramos, quedó claro que Somer's Rock era un libro que debería ser juzgado por su portada. Era oscuro, lúgubre y deprimente. El suelo de madera estaba manchado del mismo gris oscuro que el mostrador de la barra, las cortinas y los manteles eran de color verde oscuro, y el único color o brillo real, por así decirlo, era la luz amarilla emitida por las antiguas bombillas quemadas.
Había tres personas en Somer's Rock cuando llegamos. Una de ellas era una chica de unos veintitrés años con aspecto huraño, cabello castaño y un uniforme de mesera ligeramente arrugado, que nos miró cuando entramos, pero no hizo ningún intento por darnos la bienvenida. Había dos gemelos idénticos detrás de la barra en el rincón más alejado, probablemente sus hermanos mayores, que se ocupaban de lavar los vasos y nos ignoraban intencionalmente. Uno de ellos vestía una camisa de vestir y un delantal, parecía el barman, mientras que el otro tenía una camiseta negra debajo de una camisa hawaiana. Además del contraste en la moda, eran idénticos en altura, corte de pelo, rasgos y expresión.
Habían reunido un grupo de mesas con sillas dispuestas a su alrededor, pero pasamos junto a ellas hasta un cubículo en la esquina. Tattletale, Perra, Grue, Regent y yo nos acomodamos en los desgastados bancos acolchados. En realidad, los estaba llamando así en mi cabeza, porque
no eran Lisa, Brian, Rachel y Alec. Todos estábamos de traje.
Cuando nos acomodamos, la chica con la expresión arisca se acercó a nosotros, dejó su bloc de notas sobre la mesa y me miró, la mirada en sus ojos casi desafiante. Ella no dijo una palabra.
“¿Coca-Cola?”, Me aventuré, sintiéndome incómoda bajo la mirada.
“No, Skitter”, Tattletale me dio un codazo, “Ella es sorda. Si quieres algo, escríbelo en el bloc.”
Para demostrarlo, extendió la mano sobre la mesa, tomó el bloc y escribió ‘té, negro’. Seguí su ejemplo y anoté mi orden, luego pasé la nota sobre la mesa a los chicos y a Perra. La chica me dio una mirada fea mientras se alejaba con nuestras órdenes.
Había pasado una semana desde el incidente con Bakuda. Lisa y Brian se habían detenido varias veces mientras yo pasaba mis días en la cama, dándome actualizaciones sobre la situación a medida que se desarrollaba. En un momento dado, incluso trajeron a Alec y Perra, y me sentí muy aliviada de que mi padre no hubiera estado en casa en ese momento. Alec y Perrano eran los amables invitados que Lisa y Brian eran, y yo sospechaba que su presencia y personalidades habrían planteado más preguntas con mi padre de las que habrían respondido.
Al parecer, alguien en el CGP había llamado a mi yo de traje 'Skitter'. Lung había oído algo al respecto, y ahora se había extendido por la ciudad después de su escape, lo que implicaba que probablemente me estaba buscando. Como un artículo de periódico planteó nuestra posible participación en los bombardeos que tuvieron lugar, como adversarios de Bakuda, mi nuevo nombre había aparecido una vez más, por lo que parecía que se estaba volviendo permanente. No me gustaba, pero no amaba
ninguno de los nombres que se me ocurrían, así que podía soportarlo.
Parecía que habíamos llegado unos minutos antes, porque el resto de los invitados llegaron en cuestión de segundos el uno del otro, mientras la camarera nos trajo nuestras bebidas.
Kaiser entró por la puerta con una chica en cada brazo, rubias con medidas como modelos de Playboy. Kaiser llevaba una armadura de la cabeza a los pies, elaboradamente trabajada y coronada con una corona de cuchillas. El líder de Imperio Ochenta y Ocho. Las gemelas usaban los nombres de Fenja y Menja[1], y estaban vestidas con una armadura al estilo valkiria con innumerables alas de acero, junto con yelmos de cara cerrada. Tenía que admitir que a Kaiser le gustaban sus pesos pesados. Estas dos podían crecer hasta tener tres pisos de altura, y eran cien veces más resistentes cuando lo hacían.
Purity entró unos pocos pasos detrás de él con varios otros siguiéndola. Estaba vestida con un traje blanco sin marcas ni símbolos, pero la tela brillaba suavemente. Su pelo blanco y sus ojos brillaban también, pero era más como si estuvieran hechos de magnesio caliente que cualquier otra cosa. No podía mirar en su dirección sin tener manchas en mis ojos, y mi máscara tenía lentes tintados
diseñados para reducir el brillo.
Las personas que habían venido con Purity eran otros miembros de Imperio Ochenta y Ocho. Krieg, Night, Fog y Hookwolf.[2] Era interesante de ver, porque hasta donde yo sabía, aunque cada uno de ellos había sido miembro de Imperio Ochenta y Ocho en algún momento, Purity había echo su propio camino, mientras que Night y Fog se habían separado para formar su propio duo en Boston no mucho después. Todos reunidos, aparentemente.
Ni siquiera era el equipo completo de Kaiser. Aparte de la rara excepción como Lung reclutando a Bakuda cuando estaba en Cornell, parecía que la mayoría de los grupos reclutaban nuevos miembros desde dentro de su propia ciudad. Kaiser era diferente. Era uno de los villanos estadounidenses más conocidos con una agenda de supremacía blanca, y las personas que compartían sus ideales o bien eran reclutados de otros estados o acudían a él. La mayoría no se quedó con él demasiado tiempo, por la razón que sea, pero aún así lo convirtió en el residente de Brockton Bay con el más músculo parahumano a su entera disposición.
Kaiser se sentó en un extremo de la mesa en el centro de la sala, su gente encontró asientos y sillas en las mesas detrás de él. Sin embargo, Purity no se relajó ni pidió bebidas. Se sentó en una silla unos metros detrás de Kaiser, se cruzó de brazos y cruzó un tobillo sobre el otro, sentándose para ver el proceso. A partir de mi investigación en línea y de buscar artículos de periódicos antiguos, sabía que Purity podía crear luz y cargarla con energía cinética. Ella era como una linterna humana, si la luz de la linterna pudiera atravesar las paredes de ladrillo y destrozar los autobuses de la ciudad a la mitad. En cuanto a potencia de fuego bruta, estaba cerca de la parte superior de la lista, una torre de artillería voladora.
Coil[3] entró después del Imperio Ochenta y Ocho, más llamativo porque estaba solo. Sin respaldo, sin mostrar fuerza. Era más alto que Grue, pero estaba delgado hasta el punto de ser esquelético. Su traje ceñido lo cubría de la cabeza a los pies, carecía incluso de agujeros para los ojos y aberturas para la nariz y la boca, y la forma en que se adhirió a su piel te permitia ver sus costillas y articulaciones individuales. El traje era negro, y el único diseño era una serpiente blanca, con su cabeza comenzando en la frente de Coil, la cola extendiéndose por la parte posterior de su cabeza, dando vueltas y vueltas por todo su cuerpo antes de finalmente terminar en uno de sus tobillos. Se sentó al final de la mesa frente a Kaiser.
“¿Qué puedes decirme sobre él?”, Le susurré a Tattletale.
“¿Coil? No puedo decir cuales serán sus poderes, pero él es uno de los jugadores más poderosos de la ciudad. Se considera un maestro de ajedrez. Ya sabes, como un maestro estratega, táctico. Controla más de la mitad del centro de la ciudad con escuadrones de personal de primera clase con equipo de última tecnología. Ex militares de todo el mundo. Si siquiera tiene poderes, es el único en su organización que los tiene.”
Asenti. Casi lo contrario de Kaiser en ese departamento. Pude haber preguntado más, pero otros entraban a la habitación.
Faultline. La conocí de mi investigación. Tenía veintitantos años y su pelo negro y liso estaba recogido en una coleta larga y erizada. Su disfraz era extraño, se aproximaba a algo así como una mezcla de antidisturbios, un uniforme de artes marciales y un vestido. Cuatro personas entraron a la habitación con ella, y los dos tipos del grupo fueron instantáneamente las personas más raras de la sala. Los conocía por su nombre también. Newter no llevaba puesta una camisa, zapatos o guantes, lo que hacía que fuera más evidente que su piel era de color naranja neón de pies a cabeza. Tenía ojos azul claro, cabello rojo oscuro que parecía mojado y una cola prensil de metro y medio de largo. Gregor el Caracol tenía obesidad mórbida, estatura promedio, sin pelo en todo el cuerpo. Su piel era de un blanco lechoso y ligeramente translúcida, por lo que podía ver sombras debajo de ella donde estaban sus órganos. Al igual que alguien más podría tener acné malo, tenía trozos de concha o escamas que le costraban la piel. Parecían casi percebes, pero tenían forma de espiral.
No hubieras pensado que eran cercanos por su lenguaje corporal, el silencio y la gran diferencia en apariencia, pero ambos tenían tatuajes a juego. El de Newter estaba justo encima de su corazón, mientras que el de Gregor estaba en su brazo. Parecía el símbolo griego 'Omega', pero al revés. Tal vez una 'u' estilizada.
Las otras dos chicas en el grupo de Faultline eran muy normales en contraste; Labyrinth vestía una túnica verde oscura y una máscara con líneas por todas partes. Spitfire vestía un traje rojo y negro con una máscara de gas.
Me sorprendió cuando Faultline caminó deliberadamente por nuestra mesa camino a su asiento, tomando el camino más largo. Cuando pasó junto a nosotros, nos miró a Tattletale y a mí, y nos miró con desprecio un poco antes de tomar la silla a la derecha de Kaiser.
“Voy a ir antes de que se lleven todos los asientos, ¿está bien?” Grue habló, y el resto de nosotros asintió. Grue se sentó entre Faultline y Coil.
“¿Qué fue eso con Faultline y tú?”, Murmuré a Tattletale, “¿Historia?”
“Nada importante”, respondió ella.
Regent se inclinó hacia adelante. “Ella y Tattletale han estado peleándose un poco. Faultline subió la apuesta cuando nos sacó a Spitfire cuando estábamos en el medio de intentar reclutarla. No puedo decir por qué a Faultline no le gusta Tattle, pero sé que Tattletale odia cuando las personas actúan como si fueran más inteligentes que ella, y Faultline
es más inteligente que ella. Ay. Carajo, eso dolió.”
Tattletale lo había pateado debajo de la mesa.
“Son mercenarios, ¿verdad?”, Le pregunté.
Tattletale asintió, “La Cuadrilla de Faultline hace todo menos asesinato. Puedes decir que su personalidad apesta, puedes decir que sus
poderes apestan, pero admito que es muy buena para encontrar fortalezas ocultas en las personas que trabajan para ella. ¿Ves esos dos tipos? Cuando se trata de poderes, fueron poco privilegiados. Se convirtieron en monstruos que no podían vivir en la sociedad normal, terminaron sin hogar o viviendo en las alcantarillas. Hay una historia detrás de ello, pero se convirtieron en un equipo, ella los hizo
efectivos, y hasta ahora solo han echado a perder uno o dos trabajos.”
“Entendido”, dije, “Impresionante.”
“Sin embargo, ten en cuenta que no hemos echado a perder
ninguno. Llevamos un 100%.”
“Han hecho algo así como tres veces más trabajos que nosotros”, señaló Regent.
“Pero no hemos fallado en ningún trabajo, es lo importante”, enfatizó Tattletale.
Llegó otro grupo, y era como si vieras una ola de disgusto en las caras de la habitación. Había visto referencias en la web y artículos de noticias sobre estos tipos, pero no eran del tipo de los que tomas fotos. Skidmark, Moist, Squealer.[4] Dos hombres y una chica, todos demostrando que las capas no eran necesariamente atractivas, exitosas o inmunes a las influencias del abuso de sustancias. Adictos serios y traficantes que pasaron a tener superpoderes.
Skidmark llevaba una máscara que cubría la mitad superior de su rostro. La mitad inferior era de piel oscura, con los labios y los dientes muy agrietados que se parecían más a los pistachos que a cualquier otra cosa. Se acercó a la mesa y tomó una silla. Antes de que pudiera moverla, sin embargo, Kaiser pateó la silla fuera de su alcance, haciéndola caer de costado, deslizándose por el suelo.
“¿Qué mierda?” Gruñó Skidmark.
“Puedes sentarte en un cubículo”, dijo Kaiser. A pesar de que su voz era completamente tranquila, como si estuviera hablando con un extraño sobre el clima, se sintió amenazante.
“Esto es porque soy negro, ¿verdad? De eso se trata, ¿verdad?”
Aún en calma, Kaiser respondió: “Puedes sentarte en un cubículo porque tú y tu equipo son perdedores patéticos y trastornados a los que no vale la pena hablar. ¿Las personas en esta mesa? No me gustan, pero los escucharé. Ese no es el caso contigo.”
“Andate a la mierda. ¿Qué hay con este tipo?” Skidmark señaló a Grue, “Ni siquiera sé su nombre, y él está sentado.”
Faultline le respondió: “Su equipo atracó al Banco Central de Brockton Bay hace una semana. Han enfrentado a Lung varias veces en el pasado y todavía están aquí, lo cual es mejor que la mayoría. Ni siquiera contando los eventos de hace una semana, él sabe sobre el ABB y puede compartir esa información con el resto de nosotros.” Ella le dio a Grue una mirada que dejaba en claro que no tenía otra opción si quería sentarse en la mesa. Él agachó la cabeza con la menor señal de asentimiento en respuesta. Discutimos las cosas de antemano y acordamos qué detalles compartiríamos.
“¿Qué has hecho
tú que valga un asiento en esta mesa?”, Le preguntó a Skidmark.
“Tenemos territorio-“
“No tienes nada”, respondió Grue, alzando la voz y con sus poderes distorsionados. “Son cobardes que toman las áreas que a nadie más le importan, fabrican drogas y se las venden a los niños.”
“Vendemos a
todos, no solo-”
“Encuentra un cubículo”, la voz que gruñía de Grue lo interrumpió. Skidmark lo miró y luego miró a los demás sentados alrededor de la mesa. Todos quietos, cada conjunto de ojos que podía ver detrás de las máscaras lo estaba mirando fijamente.
“Putos. Todos ustedes, les arde el culo roto”,[5] gruñó Skidmark, caminando hacia la cabina donde ya estaban sentados sus compañeros de equipo.
La mesera recogió la silla caída y la devolvió a su posición en la mesa, sin mirar a nadie a los ojos mientras se acercaba a la mesa donde estaba sentada la gente de Kaiser, dejaba su libreta y esperaba a que todos escribieran sus órdenes. Me di cuenta
por qué el pub tenía una camarera sorda.
“Tomaré una silla, creo”, alguien habló desde la puerta. La mayoría de las cabezas se volvieron para ver a una figura masculina vestida de negro con una máscara roja y sombrero de copa. Me dio una especie de vibra Baron Samedi.[6] Sus compañeros de equipo lo siguieron a la habitación, todos con trajes a juego de rojo y negro, que diferían solo en el diseño. Una chica con un motivo solar, un hombre con armadura voluminosa y una máscara cuadrada, y una criatura tan grande que tenía que arrastrarse sobre sus manos y rodillas para atravesar la puerta. Era difícil de describir, se aproximaba a algo así como un gorila sin pelo de cuatro brazos, con un chaleco, máscara y polainas en el estilo rojo y negro que llevaba su equipo, garras de seis pulgadas que se volcaban en cada uno de los dedos de las manos y los pies.
“Los viajeros, ¿no?” Coil habló, su voz suave, “No son locales.”
“Podrías llamarnos nómades. Lo que estaba sucediendo aquí era demasiado interesante como para dejarlo pasar, así que decidí detenernos para una visita.” El tipo con sombrero de copa realizó la primera reverencia realmente formal que había visto en mi vida. “Me hago llamar Trickster.”[7]
“¿Conoces las reglas aquí?” Grue le preguntó a Trickster.
“Hemos estado en lugares similares. Puedo adivinar. Sin peleas, sin poderes, sin tratar de provocar a otros para que causen problemas, o todos los demás en la sala dejan de lado todas sus diferencias para derribarte.”
“Suficientemente cerca. Es importante tener un terreno neutral para reunirse, tener una discusión civilizada.”
“No voy a discutir eso. Por favor, continúa como si yo no estuviera aquí.”
Cuando Trickster se sentó en una silla y apoyó los pies en la mesa, nadie se quejó, aunque parecía que Skidmark quería matar a alguien. El resto de los Viajeros se instaló en un stand no lejos de nosotros. El gorila estaba sentado en el suelo y todavía era lo suficientemente grande como para estar a la altura de sus compañeros de equipo.
Coil bajó la cabeza asintiendo con la cabeza y agitó los dedos. Cuando habló, su voz era suave, “Esos deberían ser todos. Parece que Lung no vendrá, aunque dudo que ninguno de nosotros se sorprenda, dado el tema de la discusión de esta noche.”
“El ABB”, respondió Kaiser.
“Treinta y cinco personas confirmadas muertas y más de un centenar hospitalizado en la última semana. Presencia armada en las calles. Continuos intercambios de disparos entre miembros de ABB y las fuerzas combinadas de la policía y el ejército. Han atacado nuestros negocios y han bombardeado lugares donde creen que podríamos operar. Se han apoderado de nuestros territorios, y no hay indicios de que pretendan detenerse en el corto plazo”, aclaró Coil la situación para todos los presentes.
“
Es un inconveniente”, dijo Kaiser.
“Están siendo imprudentes”, dijo Faultline. Ella lo hizo sonar como si eso fuera un crimen a la par con gatitos asesinos.
Coil asintió, “Lo cuál es la verdadera preocupación. El ABB no puede sostener esto. Algo cederá, se autodestruirán tarde o temprano, y es probable que dejen de ser un problema. Si las cosas hubieran sido diferentes, podríamos ver esto como algo bueno. Nuestro problema es que las acciones del ABB llaman la atención sobre nuestra bella ciudad. Seguridad nacional y las fuerzas militares están estableciendo una presencia temporal para ayudar a mantener el orden. Los héroes están acudiendo en masa a la ciudad para apoyar al Protectorado a recuperar el control de la situación. Está dificultando los negocios.”
“Bakuda está en el centro de esto”, Grue se unió al diálogo, “Lung puede ser el líder, pero todo depende de la chica. Ella ‘reclutaba’ orquestando allanamientos en las casas de las personas mientras dormían, sometiéndolos e implantándoles bombas en la cabeza. Luego usó esas bombas para obligar a sus víctimas a secuestrar más. No menos de trescientos en total ahora. Todos y cada uno de sus soldados saben que si no obedecen, Bakuda puede detonar las bombas. Todos ellos están dispuestos a arriesgar sus vidas, porque las alternativas son la muerte segura o ver a sus seres queridos morir por su fracaso. Derribarla es nuestro objetivo final, pero ella arregló sus bombas para que se disparen cuando se detiene su corazón, por lo que es un poco más complicado que un simple asesinato.”
Extendió la mano hacia la oscuridad que envolvía su pecho y retiró un paquete. “Grabó en video la emboscada que hizo contra mi grupo hace una semana y la dejó atrás cuando corrió. He hecho copias. Tal vez lo encuentren útil para entenderla mejor.”
Grue entregó un CD a todos en la mesa.
Esta fue
nuestra demostración de fortaleza. El video mostraba todo, desde el punto en que Bakuda había licuado a Park Jihoo hasta la segunda bomba que había detonado entre sus filas. Cuando la segunda bomba se disparó en medio del grupo de Bakuda, la cámara se detuvo brevemente, grabó el sonido de las armas y todo se oscureció por el poder de Grue, pero no nos mostró corriendo. No reveló nuestras debilidades, la suerte que habíamos tenido al escapar, o lo malas que realmente habían sido nuestras circunstancias. Dejó que todos supieran
contra qué nos habíamos enfrentado, les hizo saber que salimos bien y que habíamos podido asistir a esta reunión. Eso haría tanto por nuestra reputación como cualquier otra cosa.
No estaba 100% recuperada de mi conmoción cerebral, y Alec se quejaba de pinchazos en el brazo todavía, pero Brian había enfatizado lo importante que era que asistiéramos, dar la ilusión de que nuestro equipo estaba intacto. Al ver a los otros grupos con sus sutiles exhibiciones, supe que tenía razón.
“Así que,” Coil dejó que las palabras quedaran suspendidas en el aire mientras él hacía crujir cada uno de los nudillos en su mano derecha individualmente, “¿Estamos de acuerdo? No se puede permitir que el ABB continúe operando.”
Hubo asentimientos y murmullos de acuerdo alrededor de la mesa, algunos de los varios villanos se reunieron alrededor de la habitación.
“Entonces sugiero que establezcamos una tregua. No solo todos aquí, sino también entre nosotros y la ley. Me pondría en contacto con las autoridades y les haría saber que hasta que se aclare este asunto, nuestros grupos restringirán nuestra actividad ilegal a solo lo que es absolutamente esencial para nuestro negocio, y haremos cumplir lo mismo para aquellos que hacen negocios en nuestros territorios. Eso permitiría a las fuerzas policiales y militares concentrarse por completo en el ABB. No habría violencia, luchas internas entre nuestros grupos, apropiaciones de territorio, robos o insultos. Nos unimos a los que podemos tolerar para garantizar la victoria e ignoramos a aquellos con quienes no podemos cooperar.”
“Solo voy a decir que mi grupo no se involucrará directamente en esto sin una razón”, dijo Faultline, “No iremos en contra del ABB a menos que se interpongan en mi camino o alguien pague mis tarifas. Es la única política viable cuando eres una capa de alquiler. Y para que quede claro, si el ABB paga, mi equipo estará al otro lado de las cosas.”
“Desafortunado, pero tú y yo podemos hablar después de que termine esta reunión. Prefiero mantener las cosas simples” dijo Coil, “¿Estás de acuerdo con los otros términos?”
“¿Mantenerse por lo bajo, sin armar un escándalo con otros grupos? Eso es status quo con mi grupo de todos modos.”
“Bueno. ¿Kaiser?”
“Creo que eso es aceptable”, estuvo de acuerdo Kaiser.
“Estaba hablando con mi grupo sobre hacer algo no muy diferente de lo que Coil acaba de proponer”, Grue dijo: “Sí, estamos bien con eso.”
“Claro”, dijo Trickster, “No es un problema. Cuenten con nosotros.”
Se estrecharon manos alrededor de la mesa.
“Divertido”, murmuró Tattletale.
Me alejé de la escena para mirarla, “¿Qué?”
“Aparte de Grue y tal vez Faultline, todo el mundo ya está tramando cómo pueden usar esta situación para su beneficio, o joder a los demás.”
Regresé a la escena, los villanos sentados alrededor de la mesa. Me di cuenta de cuánto potencial destructivo se había acumulado en la sala.
Esto podría ponerse complicado.
[1] Fenja y Menja (la “j” se pronuncial como una “i”) eran gigantes de la Cancion de Grotti, un mito nordico, que daban servicio a un rey que desperdiciaba sus dones y por ello calló del poder.
[2] Krieg: lit. batalla en aleman. Nigh y Fog: Noche y Niebla. Hookwolf viene del wolfsangel o gancho de lobo, un símbolo alemán a veces asociado con los nazis.La imagen del lobo también hace alusión a Fenris, el lobo gigante de la mitología nordica.
[3] Coil: lit. espiral o resorte
[4] Skidmark: las manchas que uno hace en los calzones. Moist: lit. húmedo. Squealer: lit. Chilladora
[5] Lo crean o no esto es una traducción bastante literal de lo que dice.
[6] Una figura del vudú que se ve como un hombre negro con pintura de calavera en la cara, traje y sombrero de gala.
[7] El pícaro divino, embaucador o trickster es una figura presente en diversas mitologías el mas conocido trickster hoy es el dios nordico Loki. El termino se usa de forma genérica para la gente que hace tretas.
submitted by Y estos son nuestros juegos de mesa recomendados para niños de 6 a 12 años. A partir de 13 años (repetimos; aproximadamente, y depende de cada niño) se puede decir que las chicas y chicos de estas edades van a jugar a juegos de mesa ya para adultos, es decir, están preparados para cualquier juego (aunque siempre hay juegos muy muy Entonces este juego de mesa, especialmente recomendado para niños de a partir de 8 años es ideal ya que les ayudará a mejorar sus reflejos y optimizar al máximo su rapidez mental. Las partidas tendrán una duración de entre 20 y 30 minutos. Juegos de mesa para niños recomendados Uno ‘Uno’ es de los juegos de mesa divertidos para niños que más se juega en cualquier parte del mundo. Es además de los más sencillos, pero cada vez que se juega es diferente. Recomendado para niños a partir de 6 años, en él pueden participar de 2 a 8 jugadores.. Consiste simplemente en unas cartas que se reparten y que tendrás que ir Juegos educativos gratis y online para niños y niñas de 8 años. A esa edad de ocho años ya resuelven problemas de matemáticas simples de manera ágil, y leen a mucho mayor nivel de comprensión. Podemos usar juegos didácticos que impliquen varias disciplinas como lectura, matemática, lógica, geografía, etc. También puedes navegar en Descubre los mejores juegos de mesa para niños a partir de 8 años ¿Estas buscando juegos para niños a partir de 8 años?. ¡Entra! ¿Tienes hijos, nietos o sobrinos de más de 7-8 años y estás empezando a descubrir el maravilloso mundo de los juegos de mesa?? ¿Te surgen dudas sobre qué juegos les gustarán a esos niños-no-tan-niños?Cada vez más me preguntáis si no hay juegos “para niños mayores“, y no solo para los peques de la casa, para los cuales tengo reservada la sección #PrimerosJuegosDeMesa. Igual los juegos de mesa para niños de 6 a 12 años parece un franja de edad muy amplia, ya que un niño de 6 años no tiene nada que ver con uno de 12 pero para los fabricantes de juegos de mesa la mayoría de juegos infantiles son a partir de 6 o 8 años. Así que igualmente os mostraremos os juegos por distintas edades. En esta dinámica de juego prima la velocidad y la capacidad de concentración y reacción. Indicado para niños a partir de seis años, se trata de un juego de cartas que viene acompañado de Descubre los mejores juegos de mesa para niños a partir de 8 años ¿Estas buscando juegos para niños a partir de 8 años?. ¡Entra! En Drim, tu tienda de Juguetes Online, podrás comprar Juegos de Mesa al mejor precio y para todo tipo de públicos. Encuentra una gran variedad de juegos de preguntas, estrategia, habilidad, cartas y mucho más. A partir de 8 años. Juego Doctor 4 Eyes. IMC.
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